---¡Ay, Señor! Necesito constatar que estoy en tu presencia, que actúo en Ti, que realmente te presto mis manos, mis pies, mi inteligencia y mi voluntad para que tu Reino se vaya haciendo alrededor de mi vida, entendiendo por ella, mi familia, mis amigos y compañeros, mi trabajo, mi militancia obrera.
---Necesito constatar que Tú utilizas de buen grado esto que te ofrezco; que mis desvelos e inquietudes son herramientas útiles para hacer un mundo distinto.
---Necesito constatar tu amistad, necesito orar, saber orar al hilo de lo cotidiano, saber estar en tu presencia.
---Y es que… ¡hay tanto ruido!; O mejor dicho, me distraigo tanto con los ruidos ajenos a Ti; me es tan difícil vivirte de referente continuo en mi existencia cotidiana…;
---Es tan grande mi egoísmo, Señor..; ¡Soy tan débil a la tentación, Señor!..; soy tan suficiente, que incluso se me olvida hasta darte las gracias por mis aciertos (pues seguro que si señalan hacia la utopía, no son míos sino tuyos).
---Hoy estoy rezando, Señor. Rezo por mí, para ser mejor cónyuge desde mi fé, desde Tí; mejor padre desde Ti, mejor amigo y compañero desde Ti. Desde Ti y sólo desde Ti. ¡Mejor militante en Ti y desde Ti!
---Rezo para que me ayudes a rezar; a estar en tu presencia continuamente; a ver, a valorar, a pensar, a decidir y a actuar desde Ti, por Ti y para Ti; a convertir esta letanía de intenciones, tantas veces formulada, en una gran realidad; realidad silenciosa, que será para mí, signo de auténtica conversión.
---Rezo por la oración que necesita mi vida.
---Tomás.