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martes, mayo 04, 2010

"Los que tienen menos, no tienen ni trabajo"

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Publicado en el Faro de Motril 08-04-10

 
Rafael Martínez Martínez



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      De nuevo, recibimos una noticia con otro dato que pone los pelos de punta: un 20 % de la población española está en riesgo o en situación de pobreza. Seguro que una parte podrá tener un trabajo precario, pero muchas de estas personas estarán en paro.

      Son dos de cada diez personas de nuestra sociedad, vecinos y vecinas, familiares y amigos. O, para muchos, simples desconocidos, números sin rostro. Por eso, escuchamos esa noticia, y a continuación nos hablan del estado de la nieve en las pistas de esquí, o de políticos que se pelean entre ellos sólo porque si uno dice “sí”, el otro tiene que decir “no” y además “tú más”. O nos cuentan la importancia el último gol en un partido de fútbol o el gran debate sobre los toros. Y nos volvemos a quedar como si no pasara nada.

      El modelo económico anterior ya no puede seguir existiendo, porque ha dejado de funcionar. El capitalismo del libre mercado, sin regulación del estado, ha fracasado, le pese a quien le pese, porque no busca el bien común y produce víctimas. Pero los “brotes verdes” de un nuevo modelo económico no terminan de salir. La nueva economía, sostenible y más social, tan necesaria, nadie sabe muy bien cómo construirla; o no se tiene la suficiente voluntad política para plantearla.

      Ante esta situación, cada primer viernes de mes, desde la HOAC de Motril se celebran los “viernes solidarios”, para acercarnos a esas víctimas que genera el sistema y decir que es necesario un nuevo planteamiento. Tras una eucaristía en la parroquia de la Divina Pastora, tenemos una concentración bajo el lema: “ANTE LA CRISIS, SOLIDARIDAD Y JUSTICIA SOCIAL”.

      Y muchos dirán: “Y eso, ¿cómo se hace?”. Pues tenemos que fijarnos en algunas personas y colectivos que ya están haciéndolo. En Motril ya hay grupos intentando organizarse y buscar soluciones. Pero hoy me quiero fijar en una iniciativa del Obispado de Ciudad Real, de la que he tenido noticia por el “boca a boca”, porque no ha salido en los medios: el Fondo Diocesano por el Empleo, como imagen de una comunidad que informa, acoge y comparte.

      La Iglesia de Ciudad Real fue convocada por su Obispo para colaborar con las familias necesitadas de la provincia, porque era una realidad que los que tienen menos, no tienen ni trabajo. Por un lado, invitaba a sensibilizar, informando sobre la situación que viven muchas personas ante la crisis, tomando conciencia de forma comunitaria. Y, por otro, urgía a todos los cristianos a la comunión cristiana de bienes, compartiendo parte de los recursos humanos y económicos.

      Y así nació el Fondo Diocesano por el Empleo, con las aportaciones económicas del 10% del sueldo de un mes de todos los cristianos de la diócesis, para apoyar sencillas iniciativas de autoempleo, con microcréditos sin interés, o iniciativas de formación y orientación de empleo con colectivos vulnerables o excluidos.

      De esta forma la Iglesia de Ciudad Real se pone en el lugar de los que no tienen trabajo, haciendo que estos microcréditos sean un signo solidario del compartir fraterno. Se opta por los más vulnerables, acogiendo ideas de quienes quieren crear empleo e impulsando iniciativas de economía social sostenible.


      Y ese es el camino. También he sabido que la Asociación Vereda Extremeña (con el apoyo de las Carmelitas de la Caridad de Badajoz), han puesto en marcha un taller de reciclado y venta de ropa de segunda mano, para reciclar y facilitar puestos de trabajo, con el que ya se ha beneficiado de forma directa un grupo de mujeres.

      Esos son algunos signos que hoy me he encontrado. Seguro que hay muchos más, en grupos cristianos o entre grupos de personas con una mirada (y una militancia) realmente humanista. Y si no los hay, habrá que inventarlos. Porque estos signos de esperanza nos están dando las pistas para encontrar la salida y buscar un nuevo sistema más cristiano, y por tanto más humano. Como decimos cada primer viernes desde la HOAC de Motril, ante la crisis, la respuesta es solidaridad y justicia social.


Rafa Martínez
HOAC de Motril