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jueves, abril 09, 2009

La olla para todos





Antonio Hernández-Carrillo
Publicado en nº 113 del periódico "TU"



-----En estos últimos meses me han hablado unas cuantas veces de una pequeña experiencia que se está dando en distintos lugares: Algún miembro de la familia hace cada día de la semana una olla grande de comida para que al medio día se reúnan alrededor de la misma mesa los hijos, titos, abuelos, nietos, yernos, nueras, hermanos pequeños y grandes… La razón de esta costumbre es evidente: ante la escasez de trabajo y de pan se ven obligados a experimentar que una gran olla tiene enormes ventajas para la economía maltratada en estos tiempos de crisis y para el encuentro familiar.

-----Ha llegado a mis oídos que esta práctica de la olla comunitaria ha sido realizada en alguna calle y bloque y no ya sólo con los familiares sino con los vecinos.

-----Estas historias tan simples tienen, si duda, muchas cosas que comentar y mucha relación con el Evangelio. La olla, aparte del ahorro económico y de tiempo, rompe el bloqueo y aislamiento de la familia encerrada sobre sí misma, supera todo asistencialismo y beneficencia, establece una nueva manera de reunirse que no es para la fiesta y el cumpleaños y, en definitiva, estrecha lazos en esta sociedad tan individualista.

-----La olla posee la particularidad de conducirnos desde una necesidad de supervivencia y ahorro hasta valores muchísimo más humanos y cristianos.

-----Esta comida comunitaria puesta en marcha ahora (pero vieja en épocas de hambre y establecida en países empobrecidos) nos lleva de la mano a eso que conocemos en el Evangelio como la multiplicación de los panes que aparece con mucha frecuencia en la vida de Jesús de Nazaret. Podemos leer como botón de muestra: Marcos 6, 34-44. Estas narraciones tienen un esquema parecido: la multitud tiene hambre, pone lo poco que posee en común, Jesús pronuncia la bendición y acción de gracias, comen todos hasta saciarse y sobran alimentos.

-----Conclusión: la olla para todos es el gran milagro para nuestras familias porque la olla es compartir y en el compartir siempre está Cristo proponiendo nuevos caminos de fraternidad.

-----¡Que cunda el ejemplo!