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sábado, mayo 08, 2010

NO ESTAMOS SOLOS



Antonio Hernández-Carrillo
Publicado en nº 121 del periódico "TU"


----Hay dos textos en el Evangelio que abren horizontes infinitos a la esperanza en medio de tantos apoyos en nuestras propias fuerzas, a veces, tan estériles y pasajeros.

----Las palabras, que voy a citar a continuación, son una luz portentosa para caminantes perdidos en sus propios razonamientos y anclados una y otra vez en proporcionar remedios a las cosas solamente con su empuje individual.

----Esta luz y esta esperanza ilimitadas no pueden venir nada más que del mismo Cristo. De su boca salen estas dos frases capaces de dar sentido a toda una vida:

----“Porque donde están dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos (Mateo 18, 20) y “sabed que yo estoy con vosotros todos los días hasta el final del mundo” (Mateo 28, 20).

----La primera frase fue pronunciada en un contexto de la afirmación de la comunidad y de la corrección fraterna y la segunda es el último versículo del Evangelio de S. Mateo y se sitúa en la tarea de la proclamación del mensaje y de la misión universal de los discípulos.

----Pero, sea cual sea el contexto, la grandeza y belleza de estas palabras se encuentran en la cercanía, presencia y acompañamiento que Jesús promete a sus seguidores de antes y de ahora. No les falta ni sobra (a las dos frases) ni una sola palabra.

----Si nos creyéramos que no estamos solos porque Cristo está con nosotros siempre, ¿a dónde mandaríamos nuestras continuas soberbias?, ¿qué lejos estarían de nosotros los fracasos paralizantes? y ¿qué fortaleza tan enorme tendría nuestra débil esperanza?

----¡Ojo! Este mensaje esperanzador de Jesús de Nazaret tiene como condición indispensable para su realización la misión y la comunidad y… o se vive en la encrucijada del mundo y de la vida o no se puede vivir en ningún otro sitio.

----Cristo está en, con y entre nosotros y nunca de manera intermitente. Si se nos olvida, ¿con qué fuerzas contaremos?

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