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miércoles, septiembre 10, 2008

Informe de la Inclusión Social en España - 2008



Fundación Caixa Cataluya
Obra Social



7.CONCLUSIONES
(Página 179 y siguientes del informe)



En un informe donde abordamos de forma conjunta exclusión y ciclo vital las conclusiones sólo pueden ser provisionales. Por varias razones. Una es por la naturaleza del tema que tenemos entre manos. Tanto la exclusión social como el ciclo vital se refieren a procesos. Tienen un carácter dinámico. La pobreza ha dejado de ser, quizás nunca lo fue, un compartimento estanco en el que confluyen los marginados del sistema. “Ser o no ser” pobre ya no es la cuestión: sino estar o no estar en riesgo de caer en la pobreza. Desde el enfoque que planteamos, ese riesgo está asociado a determinadas etapas del ciclo de vida que exponen a las personas que las atraviesan a situaciones de mayor vulnerabilidad. Tradicionalmente las situaciones de vulnerabilidad se han concentrado en las edades más avanzadas, coincidiendo con el abandono del mercado de trabajo para los hombres o con la viudedad para las mujeres. Sin embargo, en las últimas décadas se ha hecho más evidente la incidencia de la precariedad en edades más tempranas. La infancia y la transición a la vida adulta son, en este sentido, etapas de riesgo. Actualmente las nuevas dinámicas de exclusión tienen que ver, muchas veces, con procesos de formación de la familia, la estructura del hogar, condiciones de acceso y permanencia en el mercado de trabajo y, además, con la capacidad de conciliar las demandas de la esfera personal, familiar y laboral.

Otro motivo que nos obliga a ser cautos a la hora de ofrecer conclusiones definitivas en esta edición es la naturaleza misma del estudio. Se concibió, desde su planteamiento inicial, como un intento de analizar el fenómeno de la exclusión social en toda su complejidad. La exclusión adopta formas distintas y afecta a dimensiones de la vida de las personas muy dispares. El informe es, por tanto, un trabajo en construcción. El análisis que presentamos de la exclusión económica y laboral aporta los cimientos sobre los que se fundamentan futuros análisis. Los ámbitos de exclusión están, como hemos podido comprobar en el presente informe, estrechamente interconectados. Esto implica que el próximo informe —que tiene por objeto la exclusión en el ámbito sociosanitario y educativo— no lo planteemos como un tratamiento sectorial de la exclusión, sino más bien como un estudio trasversal, que consiga integrar evidencias recogidas en esta primera edición. A continuación presentamos algunos de los argumentos y evidencias más importantes que se extraen de los resultados de la investigación realizada en esta edición:
  • El concepto de exclusión social expresa la nueva configuración de desigualdades en las sociedades posindustriales por su carácter dinámico y multidimensional. Afecta de forma cambiante a las personas y suele producirse en múltiples ámbitos, ya sea de forma aislada o, más habitualmente, de forma conjunta, superponiéndose diversas formas de precarización.
  • El análisis de la exclusión económica y laboral es sobre todo un análisis de la desigualdad. El contexto de referencia permite identificar a las personas que se encuentran en condiciones de desventaja y vulnerabilidad. En el caso de España esos contextos de referencia son la Unión Europea y las comunidades autónomas.
  • En relación al contexto europeo, España se encuentra en situación de clara desventaja, tanto en términos de exclusión económica como laboral: presenta las tasas más altas de pobreza moderada y alta, así como de desempleo y contratación temporal.
  • Las comunidades autónomas desempeñan un papel cada vez más importante en la gestión y provisión de servicios públicos que influyen en la situación de personas con riesgo de vulnerabilidad económica o laboral. No existe una correlación entre indicadores territoriales de exclusión económica y laboral. Las CCAA presentan una dispersión baja en cuanto a las tasas de pobreza y una dispersión más alta por lo que respecta a las tasas de desempleo y temporalidad.
  • Las condiciones de vida de la población extranjera respecto a la autóctona constituyen uno de los principales riesgos de fractura social. Las personas extranjeras no europeas son más pobres, experimentan modalidades de pobreza más intensa, tienen mayores dificultades económicas en sus hogares y sus hijos/as están más expuestos a condiciones de pobreza que pueden afectar negativamente a sus oportunidades vitales. Suelen también trabajar en empleos de peor calidad. En esta edición del informe presentamos los primeros análisis sobre un tema complejo y sobre el que, desafortunadamente, existe todavía poca información cuantitativa que pueda generalizarse de forma adecuada. Estas limitaciones exigen retomar el tema en futuros informes y profundizar en su complejidad.
  • Las nuevas coordenadas de la exclusión/inclusión social vienen determinadas en gran medida por lógicas de distribución de los riesgos sociales a lo largo del ciclo vital. - La concentración del riesgo de pobreza y privación en España se produce principalmente en los dos extremos del ciclo de vida: infancia y vejez. La población de 65 y más años experimenta los riesgos más elevados de pobreza moderada y la población infantil los de pobreza alta y severa.
  • Los factores más importantes que inciden sobre el riesgo de exclusión económica en la infancia son: la composición del hogar (y, en particular, la presencia o no de dos progenitores) y el grado de vinculación de éstos al mercado de trabajo. En la vejez, el hecho de ser mujer y vivir sola aumenta de forma considerable el riesgo de pobreza.
  • Los márgenes de la exclusión son cada vez más difusos: ciertas formas de precariedad afectan a personas que, aparentemente, viven en condiciones de bienestar, como por ejemplo los jóvenes. El bienestar que disfrutan es producto de su dependencia residencial y económica del hogar familiar de origen. Si se emanciparan siguiendo el modelo tradicional de una pareja con un solo sustentador, siete de cada diez jóvenes que siguen viviendo con sus padres serían pobres.
  • Durante el ciclo de expansión económica, ha salido reforzada la vinculación de los hogares con el mercado de trabajo, lo que supone un mecanismo importante de protección frente a la exclusión económica
  • La precariedad de las condiciones de trabajo y los salarios bajos provocan que la pobreza no se asocie tan solo a la inactividad sino que afecte cada vez más a la población trabajadora. España presenta tasas altas de pobreza en hogares en los que hay una persona que trabaja, especialmente si está contratada bajo una modalidad de contratación temporal.
  • Los riesgos de desempleo, inestabilidad laboral y baja remuneración se concentran intensamente en los colectivos más jóvenes. Su bienestar material no se resiente gracias al aplazamiento de su emancipación del hogar familiar de origen, pero esta “solución” lleva aparejados otros problemas (frustración de deseos y expectativas, baja nupcialidad, baja fecundidad, etc.).
  • Las rentas públicas son una fuente de ingresos para la mayoría de los hogares. España se caracteriza por tener un modelo de bienestar cuyas prestaciones, en comparación con otros países europeos, tienen una baja intensidad protectora para las personas ancianas y muy baja para los menores.
  • Las inversiones públicas del Estado han logrado proteger a las generaciones mayores de la posibilidad de experimentar las formas más severas de pobreza. El sistema público de bienestar en España adolece de déficits importantes en la protección social de menores, que explican en buena medida la persistencia de niveles elevados de pobreza alta y severa. Las aportaciones hechas hasta ahora invitan a replantear el debate de la exclusión social, para situarlo en unas nuevas coordenadas: la del ciclo vital. Nuestro propósito en este informe ha sido empujar en esa dirección. Nos guía el convencimiento de que las políticas públicas, en una época de cambios sociales, pueden redefinir sus agendas y prioridades para responder a las necesidades cambiantes de la población. Nuestra obligación como estudiosos/as de la cuestión y ciudadanos/as es insistir en que así ocurra.

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