Publicado en nº 108 del periódico "TU"
----Quiero completar mi reflexión en el TÚ anterior que titulaba “sonreír a pesar de todo”. Aunque no sé si lo que deseo es completar o sencillamente expresar que sonreír lleva consigo luchar. Vamos al grano…, a la calle y al Evangelio.
----“Como nos quedemos quietos, todo lo conseguido se va al garete”. “Se aprovechan de la ausencia de luchadores para obtener más beneficios”. “A la crisis le pasa como a los platos rotos: que siempre la pagan los mismos”. “Sin luchar se consigue poco”.”Nada se regala, todo se alcanza a base de sudor y lágrimas”. Éstas o parecidas frases las estamos oyendo continuamente y en ellas aparece lo que significa la lucha o su ausencia; pero lo que hace más necesario este vivir luchando es contemplar cada día más trabajadores en el paro o en la precariedad más absoluta.
----Esa lucha humana y obrera queda ennoblecida cuando tomamos conciencia de lo que significa la fe en Jesucristo porque si algo se puede decir de Jesús de Nazaret es que fue un luchador nato, un rebelde frente a toda injusticia. Toda su vida fue luchar y luchar a pesar de todos y de todo.
----Tres frases puestas en su boca lo atestiguan (por citar algo): “El Reino de los cielos sufre violencia y los que luchan lo alcanzan” (Mateo 11, 12), “Dichosos los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos quedarán saciados” (Mateo 5, 6) y “He venido a prender fuego a la tierra y ¡cómo desearía que ya estuviera ardiendo! Tengo que pasar por la prueba de un bautismo (su propia muerte), y estoy angustiado hasta que no se cumpla. ¿Creéis que he venido a traer paz a la tierra? Pues no, sino lucha” (Lucas 12, 49-51).
----Como siempre, la vida más auténtica de la calle camina cerca del Evangelio.
----Y como siempre: no cabe duda que luchar es la mejor medicina contra la crisis.
