Publicado en el Ideal de Granada el 04-03-09
Mª José Rodríguez Moreno
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-----Casi todos, en alguna ocasión, hemos comentado que cuando sube el precio del petróleo, sube el precio de la gasolina; pero cuando el precio del petróleo baja, el precio de la gasolina se mantiene. ¿Misterio?
-----Cuando la economía va bien y crea riqueza, debería ser lógico que disminuyera el número de pobres, pues no, no es así, el número de pobres sigue tal cual, la riqueza creada no llega a los pobres. Sin embargo, cuando la economía va mal, automáticamente se producen despidos, cierres, regulaciones de empleo, petición de ayudas..., como si las empresas empezaran de cero, como si los beneficios generados durante años se hubieran evaporado en un día. ¿Cómo es posible que una empresa que lleva aumentando sus beneficios años tras año, durante muchos años, se tambalee a los primeros síntomas de recesión económica? ¿Qué han hecho con los beneficios generados? Misterio. ¿Misterio?
-----El problema, el gran problema, es que todo esto produce víctimas: los que recogen alimentos en los contenedores de basura de los grandes almacenes; los que engrosan las colas de Cáritas en nuestras parroquias; los que viven angustiados sin saber cómo hacer frente al pago de la hipoteca; los que pierden el sueño porque no saben cuánto les va a durar el empleo que tienen; los parados; los que ven alejarse la esperanza de alcanzar un trabajo para empezar a vivir; los que les llega la edad de jubilación y no han cotizado el tiempo suficiente; los que han venido huyendo del hambre y se la han vuelto a encontrar aquí, en lo que creían era un paraíso; los que aún trabajando no llegan a fin de mes; los sin techo; las víctimas de las adicciones; los que salen de la cárcel buscando un futuro que pasa por un empleo digno que no encuentran; los que llegan a una familia fracasada y heredan un fracaso escolar, profesional, personal y existencial, todos ellos son víctimas, son personas que claman al mundo, a la economía, a la ciencia, a la política, a las Iglesias, a los humanismos, a los sindicatos, a todos y a cada uno desde la autoridad moral del dolor de los que sufren, que es la mayor de todas pueda pasar de largo sin dejarse su humanidad en el camino. Ante el dolor de las víctimas no hay ciencia que pueda eludir una respuesta comprometida sin convertirse en una burla, en una farsa para engañar a todos. Por ello la economía se ha convertido en una farsa, en la trágica farsa del beneficio.
-----El beneficio es necesario: «Cuando una empresa da beneficios significa que los factores productivos han sido utilizados adecuadamente» («Centesimus Annus», 35). Pero el beneficio por sí solo no basta: «Es imposible, por ejemplo, que los balances económicos sean correctos y que al mismo tiempo los hombres, que constituyen el patrimonio más valioso de la empresa, sean humillados y ofendidos en su dignidad» («Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia», 340). Sobre todo, el beneficio que procede de la usura. «Los traficantes cuyas prácticas usu¬rarias y mercantiles provocan el hambre y la muerte de sus hermanos los hombres, cometen indirectamente un homicidio. Este les es imputable» («Catecismo de la Iglesia Católica», 2.269).
-----¿Por qué no gritaremos estas verdades a los cuatro vientos?
María José Rodríguez Moreno
HOAC de Granada
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