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miércoles, noviembre 04, 2009

¡HEMOS ENCONTRADO TRABAJO!





Antonio Hernández-Carrillo
Publicado en nº 117 del periódico "TU"




----Era indescriptible la cara de alegría y satisfacción con la que venían los tres emigrantes (de la India) cuando nos comunicaban que habían encontrado trabajo. Sus ojos estaban relucientes, la cara resplandeciente y la expresión llena de vivacidad. Apenas si chapurrean algo de castellano y, sin embargo, repetían con claridad una y mil veces: ¡Hemos encontrado trabajo! Lo decían con energía, incluso, rompiendo esa serenidad que caracteriza a la cultura india.

----Habían llegado al pueblo en el otoño pasado para trabajar en la recogida de la aceituna y, desde entonces hasta el final de este verano, nada de nada. Buscaban y buscaban con la ayuda de alguna gente pero no encontraban ningún tipo de trabajo ni en el campo, ni en la construcción, ni en nada. No podían regresar a su país. El billete les habían costado demasiado para ahora volverse y… ¿quién paga la venida y la vuelta y cómo uno se va sin mandar, ni llevar a la familia ni un solo euro?

----Por eso nuestros hermanos indios tenían esa alegría desbordante cuando los llamaron para trabajar en la calificación y selección de productos del campo. No era para menos.

----Sin duda, el trabajo encontrado, con la ayuda de sus amigos de Caritas, ha sido para ellos el tesoro y la perla del Evangelio: ”El reino de Dios es semejante a un tesoro escondido en el campo. El que lo encuentra lo esconde y, lleno de alegría va, vende todo lo que tiene y compra aquel campo. El reino de Dios es semejante a un mercader que busca perlas preciosas. Cuando encuentra una de gran valor, va, vende todo lo que tiene y la compra” (Mateo 13, 44-46)

----El trabajo es el reino de los cielos. Segurísimo que el reino anunciado por Jesucristo es mucho más, pero seguro también que es comparable con la alegría de encontrar trabajo. ¡Qué sociedad ésta tan triste que excluye de la alegría del trabajo a sus hijos más necesitados!