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domingo, noviembre 08, 2009

"La música humanizadora de la cultura"

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Publicado en el Faro de Motril 08-11-09

Rosa Mercado Alonso



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----- De una manera o de otra, todos percibimos que “las cosas” no están bien y no paramos de hacer criticas de lo mal que marcha la educación, o la sanidad, que la familia se está desvirtuando, que los jóvenes han perdido el respeto y el sentido de la responsabilidad; y no digo nada si hablamos de condiciones laborales, de economía, de paro…un panorama realmente desolador.

----- Lo curioso es que todas estas “cosas” que no están bien, se sitúan dentro de un sistema social y cultural que está haciendo que la persona viva con gran naturalidad e indiferencia la explotación, el hambre de millones de seres humanos, la violencia en todas sus formas, la injusticia y en definitiva, el empobrecimiento y la deshumanización de todo nuestro sistema cultural. Nadie se libra de esto, todos cerramos los ojos en un intento de protegernos, de proteger nuestro reducido espacio vital y seguir consumiendo todo aquello que no necesitamos, sin darnos cuenta que sólo abriéndonos al otro podemos ser felices, la mayor aspiración de todo ser humano. Por eso son tan importantes los pequeños o grandes signos de esperanza que se nos ponen delante casi sin darnos cuenta.

----- Dice un dicho popular que la música amansa a las fieras y debe de haber un poco o un mucho de verdad en esa afirmación. Entre el 26 y el 30 de Septiembre se ha celebrado en Motril la II Edición de Música Sur, un Festival de Música de Cámara promovido por Juan Carlos Garvayo, un pianista motrileño de fama mundial y patrocinado por numerosas entidades locales, de la provincia y autonómicas.

----- Asistir al festival ha sido una experiencia que recomiendo y no puedo dejar de agradecer de corazón a Juan Carlos que nos haya traído hasta aquí obras que seguramente nunca hubiéramos escuchado si no es por su iniciativa. Pero tengo que agradecer algo mucho más importante: lo que nos han hecho sentir él y todos los magníficos músicos que han compartido con nosotros su amor por lo que hacen, un trabajo entendido así no tiene más remedio que derramar amor sobre los que lo recibimos. Sobre el escenario, sus movimientos transforman en melodías los más nobles sentimientos del ser humano y uno siente como hablan los instrumentos entre sí, los músicos entre sí y unos y otros con el público. Las partituras graban cada nota en lo más profundo del ser y te van transportando de la alegría a la tristeza, del amor al olvido, del ansía a la calma, a la paz, a la tolerancia, al respeto, a la conciliación…en definitiva, a todos esos sentimientos tan propios del ser humano, a los sentimientos que pueden contrarrestar la cultura deshumanizada. Cuando parece que la obra ha terminado, quedan aun unos segundos de silencio, un silencio que también “habla” en una suerte de diálogo que ya quisieran para sí los Parlamentos del mundo: se ha hecho realidad la magia de la verdadera comunicación, esa que tanto necesita la sociedad en la que vivimos.

----- Me vienen a la cabeza montones de experiencias en las que las personas hacen de la música un medio para la promoción de los valores más elevados: Los Sistemas Nacionales de Orquestas Infantiles y Juveniles de países como Venezuela, Bolivia o Ecuador, consagradas para recuperar, mediante la formación y la práctica colectiva de la música a los grupos más vulnerables del país. Las Orquestas de Centros Penitenciarios, que buscan la integración en la sociedad de los presos a través de la música. Los programas Educativos de Escuela Cultura de Paz, que proponen trabajar sus contenidos didácticos de Educación para la Paz a partir de piezas musicales. La Orquesta Arabe-Judia que surge como proyecto para utilizar la música como herramienta de diálogo y convivencia dejando al margen conflictos tan dolorosos y enquistados en el tiempo.

----- Habrá muchos más ejemplos, no tan conocidos, mas cercanos quizá. El Festival en sí no es el signo de esperanza al que aludía al principio, lo son las personas que lo han hecho posible poniendo todo su empeño y amor en el trabajo que han hecho. Porque lo cierto es que, viviendo tiempos tan difíciles, donde parece que todo es más importante que las personas, no viene mal estimular un poquito, sentimientos tan nobles como los que la música y los buenos profesionales que nos la transmiten pueden desencadenar en nuestros adormilados corazones.

----- El trabajo bien hecho no queda probado sólo con el resultado, sino que es resultado de todo un proyecto, de toda una manera de entender ese trabajo como una oportunidad de servicio y relación con el otro, en el fondo es una manera de querer ¿O es que no se nota cuando las personas trabajan con amor o sólo como medio de obtener un beneficio material?

----- He sabido, un poco antes de entregar este artículo que el Ayuntamiento ha organizado el II Festival de Música Sacra Ciudad de Motril entre el 6 y el 11 de Octubre, también cinco días de música para compartir. Cualquier oportunidad puede posibilitar este tipo de experiencia humanizadora.

----- Lastima que Motril ya no tenga Banda de Música ¿Hay a quién se le ocurra cómo arreglar esto?








Rosa Mercado Alonso
Militante de la HOAC - Motril