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domingo, diciembre 13, 2009

Navidad en tiempos de crisis



Antonio Hernández-Carrillo
Publicado en nº 118 del periódico "TU"

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     Hay un texto poco conocido de la liturgia de Navidad que se lee en la Eucaristía de media noche del 24 de Diciembre (Misa de Gallo) como segunda lectura. Se trata del capítulo 2º de la Carta de S. Pablo a Tito, versículos del 11 al 14. Estoy seguro de que este texto nos puede ayudar a comprender y vivir mejor el espíritu de las fiestas del Nacimiento de Jesús y más en tiempos tan contradictorios de derroche y de crisis generalizada.

     El texto referido presenta, en primer lugar, de manera escueta pero solemne, el misterio de la Navidad: “Ha aparecido la gracia de Dios que trae la salvación para todos los hombres”. Navidad es gracia, presencia y salvación sin fronteras ni cortapisas de ninguna clase. A continuación plantea el camino a seguir: “Enseñándonos a renunciar a la vida sin religión y a los deseos mundanos y a llevar ya desde ahora una vida sobria, honrada y religiosa…” Sin duda ninguna aquí encontramos una forma de celebrar la Navidad para todos los tiempos pero especialmente para los tiempos de crisis. Lleva consigo, al igual que las promesas del Bautismo, unas renuncias y unas afirmaciones.

     ¿Cuáles son esas renuncias?: El culto al vientre, las compras desenfrenadas y enfermizas, los deseos vacíos y protocolarios de felicidad, en definitiva, la Navidad del consumo tan perfectamente instalada en nuestro sistema de vida. Éstos son hoy los deseos mundanos. ¿Cuáles son las afirmaciones?: Según el texto de Pablo: Llevar ya desde ahora una vida sobria, honrada y religiosa. ¡Qué palabras tan actuales y propias para estos tiempos de crisis! No tienen desperdicio. La Navidad es la fiesta de la austeridad vivificadora, de la integridad total de vida y de la espiritualidad encarnada que se traducen en actitudes y comportamientos concretos las 24 horas del día.

     Hace mucho, mucho tiempo veía un montaje que se titulaba: ¿Quién mató la Navidad? Pero también desde hace tiempo estoy viendo gente honrada que muestra con su vida la verdadera Navidad.

¿A qué Navidad nos apuntamos?




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