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sábado, diciembre 04, 2010

LUZ EN MEDIO DE LAS TINIEBLAS DEL PARO



Antonio Hernández-Carrillo
Publicado en nº 126 del periódico "TU"


     El nacimiento de Cristo se describe en el Evangelio como una luz. No podía ser de otra manera y así lo entendieron las primeras comunidades que hablan de una luz potente que brilla en medio de la noche y de las tinieblas. Voy a citar sólo dos versículos. Lucas, después de contar el nacimiento de Jesús en el pesebre, dice refiriéndose a los pastores a los que se anunció el acontecimiento salvador: “La gloria de Dios los envolvió con su luz” (Lc. 2,9). Y Juan en el prólogo de su Evangelio, a modo de villancico, habla seis veces de la luz. En una de ellas afirma: “La luz resplandece en las tinieblas” (Jn. 1,5).

      ¿Dónde está en nuestras calles y plazas la luz en medio de las tinieblas? ¿En las comidas familiares de las fiestas de Navidad? ¿En el Belén viviente del teatro, del colegio o de la plaza? Puede que sí, pero más bien habría que buscarla, siguiendo el Evangelio, en ahondar y ahondar hasta encontrar esa luz en aquellas personas que toman conciencia de la injusticia que suponen las tinieblas en general y las tinieblas del paro en particular y se esfuerzan decididamente para que cambie esta situación dando su salud, tiempo y dinero por la causa de las asociaciones obreras y de parados que luchan contra el paro y por un trabajo digno.

     Si trabajáramos en este sentido, estaríamos, sin duda, muy cerca de las recomendaciones que hace Pablo continuamente a sus comunidades: “La noche está muy avanzada y el día se acerca. Despojémonos de las obras de las tinieblas y revistámonos de las armas de la luz. Portémonos con dignidad, como quien vive en pleno día” (Romanos 13, 12-13).

     La luz que brota de la Navidad… o ilumina las tinieblas del paro o en estas circunstancias no realiza su misión. El drama de tantas familias sin trabajo es la verdadera tiniebla en donde debe brillar la luz de Belén.
 
     ¡Celebremos la Navidad como Dios manda!